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Chaleco reflectante con número de ciclista.
A modo de matrícula. Un chaleco reflectante con un número identificativo. Esa es la propuesta más llamativa de las que Cátedra Española de Seguridad Vial y Movilidad del Instituto Internacional de Ciencias Políticas ha realizado a la Dirección General de Tráfico.
Hasta ahora se había planteado la matriculación de bicicletas, pero muchos ciclistas tenemos varias bicis diferentes que usamos indistintamente, así que parece interesante que el número identifique a la persona y no al vehículo.
Parece lógico que estas propuestas acaben por ser parte de la normativa de tráfico: que sean obligatorias finalmente, debido a la cantidad de infracciones que los ciclistas urbanos incumplen (incumplimos) constantemente: semáforos en rojo, pedalear por las aceras, stops que se convierten en “cedas”, etc, etc.
De esta manera el ciclista podría ser identificado inmediantamente tras una infracción o tras un accidente. En el caso de las aceras, los peatones que son arroyados por ciclistas, que aunque nos pese, ocurre constantemente, están indefensos y a partir de ahora, podrían tener algo en lo que agarrarse. Podría tener este número identificativo un objetivo disuasorio mucho más interesante: que los ciclistas no hagamos barbaridades y se reduzca la siniestralidad.
Seguro de bici
La otra gran propuesta ha sido la de que los ciclistas urbanos cuenten con un seguro obligatorio. No es ninguna bobada, ya que golpear con nuestro manillar el espejo retrovisor de un coche “normalito” podría suponer para el ciclista un coste de 300€ más o menos. No digamos ya si se trata de un coche de gama alta. Muchas de las aseguradoras más importantes ya ofrecen seguros para ciclistas que no sólo incluyen daños a terceros, sino que también nos cubren de cara a accidentes y contra los robos.
Son sin duda dos propuestas a tener en cuenta. Esperamos que el diálogo en estas cosas prevalezca por encima del ruido que se suele generar entre los que más gritan desde los sillines. Y esperamos, sobre todo, que la Dirección General de Tráfico tenga en cuenta también la opinión de las asociaciones ciclistas cuya opinión es, como mínimo digna de ser escuchada.